2009-11-27

EL EUSKERA EN EL VALLE DE LA BERRUEZA

el euskera en el valle de La Berrueza
Espero que el diccionario os haya gustado, ya tenemos la base para ir aumentándolo. Palabra rara que escuche palabra que la recordaré.
Pero que sepáis que toda esta introducción no ha sido más que para realizar las afirmaciones que haré de aquí en adelante.
Que en definitiva no es otra más que que en el Valle de la Berrueza se ha hablado euskera, y que esperemos que poco a poco se vaya recuperando de la misma manera que se perdió.
La lengua vasca en Berrotza (La Berrueza)


No es fácil imaginar el Valle de la Berrueza euskaldún. Sin embargo, lo ha sido, y todavía quedan huellas palpables de ello. Todavía recuerdo los años del franquismo, en que nadie conocía la lengua vasca en el pueblo, pero a pesar de ello muchos nos considerábamos vascos. Así también lo demuestran las costumbres que nos han transmitido los antepasados, las muchas de las palabras de origen vasco que se han conservado, al igual que los apellidos de los habitantes de este valle. He aquí como ejemplo una relación de alguno de los apellidos que se conservan hoy día en Nazar: Atxa, Bujanda, Segura, Landa, Luzuriaga, Ibarrola, Pipaón, Cirauqui, Sanchez, Lander, Zudaire, Yaniz, Montoya, Arbeo, Romero, Ule, Morrás, Lacalle, Antoñana, Zugasti, Delegardon, Ganuza, Albeniz, Aranaz, Carlos, Ortigosa, Echeverria, Pierola, Monreal.
Seguramente hace ya unos 500 años que desapareció la lengua vasca de nuestros pueblos. En este valle se está llevando a cabo una progresiva recuperación del euskera, a pesar de que no se ha conseguido integrar en la zona mixta, por lo que la única lengua oficial es el castellano, y por tanto la enseñanza del euskera no está ni garantizada, ni subvencionada en los centros de educación, no son pocas las familias que realizan un esfuerzo extra para que sus hijos e hijas conozcan la lengua de sus antepasados matriculándolos en otros centros.
La invasión castellana y la desaparición del Reino de Navarra no benefició para nada a la lengua vasca y fue una de las causas para que el euskera no perdurase como en el resto de los valles colindantes. Aunque es preciso subrayar que aunque esta invasión castellana favoreció su declive no fue su causante ya que parece que para esas fechas, principios del siglo XVI, la lengua vasca ya había comenzado su abandono en los pueblos que componen el valle de la Berrueza: Nazar, Otiñano, Mirafuentes, Cábrega, Disiñana, Asarta, Estemblo, Acedo, Piedramillera, Sorlada y Mués. He añadido Otiñano, que hoy día administrativamente pertenece a Torralba del Río, aunque territorialmente y lingüísticamente se identifica totalmente con el resto de los pueblos del Valle de la Berrueza.
El nombre del mismo valle de La Berrueza (Berrotza), al igual que la mayoría de los nombres de los pueblos que lo forman no deja dudas de que son términos vascos: Otiñano, Nazar, Ubago, Estemblo, Mendaza, Mues, Disiñana, Asarta…


Patxi Salaberri Zaratiegi en el artículo Euskal toponimiaz mintzo (Nafarroakoaz bereziki) en cuanto al significado de la palabra Berrotza dice lo siguiente: Egoki azal daitekeen beste bailara izen bat euskaraz –toponimia txikia lekuko- Berroza (Berrotza?); Berrueza erdaraz deitu izan dena dugu; honen oinarrian berro “labakia” eta (t)z(a) toki aitzizkia ditugula dirudi. (cf. Aurizberriko Berragu, Zaraitzuko Berregu, eta Eslaba-Galipientzuko Beragu). Berro, labaki en euskera significa tierra que de nuevo se labra, tierra que se labra por primera vez, es decir que se rotura o también tierra que ha estado en barbecho y se labra.

Veamos también lo que dice Fidel Fita en un artículo sobre el vascuence alavés anterior al siglo XIV, publicado en el Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo 3, del año 1883. Cuaderno IV: Berroztegieta, Berrozteguieta, Berrosteguieta. -En vizcaíno hay bior (yegua), y en los demás dialectos bigor, beor, behor. De ahí salió berrotz (yegua de cría), como de urde (cerdo), ordotz (verraco). Es, pues, berróztegui, cuadra de yeguas madres. Y que así fué, bastante lo insinúa un instrumento del año 1105 (Llor. 85): «comparavi uno solare cum sua divisa in villa, que dicitur Berrozteguieta, in uno caballo et in uno mulo.» Es decir que parece que Berrotza es algo así como la yegua que se emplea para críar.

Veamos que significado tienen los nombres de Ubago y Mendaza en el Orotariko Euskal Hiztegia elaborado por la Academia de la Lengua Vasca.

Ubago, en el diccionario es sinónimo de Ugabo que significa surtidor por donde sale el agua hacia arriba.

Mendaza. (Mentha rotundifolia). Mastranzo, mentastro, padrastros, mentatequina, hierba buena de burro.

Nazar es un término muy extendido y usado en las lenguas árabe, libanés, armenio, maltés, hebreo, indio… pero veamos que es lo que significa Nazar en lengua vasca. Nasa significa, embarcadero, muelle y andén. Naza, con z, tiene el significado de cauce de molino y estanque. Igualmente en la enciclopedia Auñamendi - se da por origen etimológico del linaje a una abreviación de "Donazar" de "Don" y "zar", santo viejo. Sin embargo, según las acepciones más aceptadas, Nazar significaría zarzal, o lugar antiguo.

el euskera en el valle de La Berrueza (3)

El valle de Berrotza (La Berrueza) se encuentra ubicado en la parte occidental de la Merindad de Estella, en Navarra y tiene muga con el pueblo alavés de Kanpezu, con los pueblos navarros de Zúñiga, el valle de Lana, Ancín, Oco, Learza, Los Arcos, Desojo, Espronceda, y Torralba. Se trata de un valle pequeño de no más de seis kilómetros de diámetro, de una extensión bastante escasa.

Ya el año 886 aparece La Berrueza junto a Deio, Alaone, Pamplona, Bizkaia y Araba, donde se señala que son tierras poseídas desde siempre por sus moradores, y hace referencia a los días de Alfonso I de Asturias (739-757). Asi aparece en la crónica ovetense de Alfonso III: “Alaba nanque Bizcai, Alaone et Urdunia a suis incolis reperiuntur semper esse possessae, sicut Pampilona, Degius est, atque Berroza”.

El año 1291 formaban el valle los pueblos de Acedo, Ancin, Asarta, Legaria, Mendaza, Mirafuentes, Mues, Nazar, Oco y Piedramillera.

En el siglo XIII se hace mención a "Deyerri", una comarca imprecisa, aledaña a la Berrueza, que figuraba en el "Prólogo del Fuero Antiguo de Navarra" como uno de los espacios que permanecieron a salvo de la conquista musulmana, juntamente con los lejanos valles de Baztán, Salazar y Roncal.

El Principe de Viana en su Crónica (siglo XV) resalta como los territorios originarios de Navarra a las cinco villas de Goñi, de Yerri, Valdelana, Améscoa, Valdegabol, de Campezo e la Berrueza e Ocharán.

Igualmente sabemos que el año de 1591 en Tierra Estella existían tres arciprestazgos: Yerri, Berrueza y La Solana. Copio en transcripción moderna lo recogido por J. M. Satrustegi en la página 105 de su artículo el euskera en Tierra Estella. “Los términos que comprende el arciprestazgo de la Berrueza presenta especial interés por tratarse de una zona meridional. Se citan los términos de Estemblo, Disiñana, Ubago, Cábrega, Burguillo, Iriberri menor, Iriberri mayor, Gastiáin, Galbarra, Olejua, Yaniz, Learza, Sorlada, Meniberri, Ecclesia de Arcubus est domini episcopi, Linguiayn, Lizarrorria, Almuza, Adarreta, Ecclesia Sancti Petri de Lizarra…”

Fue precisamente la Berrueza una de las zonas más leales y beligerantes en la defensa de Navarra. Entre sus fortificaciones destacaban los palacios de Acedo y Mirafuentes, al igual que la fortificación de Cábrega, una de las plazas fuertes del Mariscal Pedro de Navarra. Los habitantes del valle lucharon sin tregua por la independencia y la identidad propia. Durante el año de 1512 y los sucesivos se libraron cruentas batallas, en las que los labradores de estos pueblos pusieron sus propiedades y su fuerza al lado de las tropas de Pedro de Navarra. Se trató de una guerra cruenta y desigual, un ejército de unos 16.000 soldados contra un ejército de labradores mal pertrechados. Hasta hace unos pocos años los historiadores del franquismo han proclamado, que fuimos los navarros los que aceptamos gustosos el cambio de gobierno, la pérdida de los fueros, la destitución de los gobernantes, el destronamiento de los reyes y lo que es peor la pérdida de las propiedades, de la cultura vasca y en muchos casos de la libertad, ya que muchos de nuestros antecesores murieron en combate, otros tuvieron que huir, otros fueron encarcelados y la mayoría sufrieron el castigo de los derrotados.


La invasión y la consiguiente derrota trajo consigo una serie de desgracias para nuestros antepasados, en principio ocasionó el encarcelamiento y la prisión del Mariscal Pedro de Navarra, jefe de las tropas navarras, y máxima autoridad por debajo del rey. Fue sometido a tortura con la intención de que renunciase a los derechos del pueblo navarro. Se le llegó a ofrecer su libertad a cambio de que renunciase a la libertad y soberanía del estado navarro. La única forma que encontraron sus enemigos de doblegar sus principios fue dándole muerte, fue vilmente envenenado en la prisión del Castillo de Simancas de Valladolid, a consecuencia de la convicción que demostró en sus principios. Los vencedores ordenaron desmochar los palacios y castillos que hubiese en el valle, así como todas las casas que pudiesen servir de fortaleza; igualmente los pobladores de estos valles se vieron sometidos a la presión y las persecuciones del ejército vencedor; pero nada que ver con la imposición social y especialmente cultural que se llevó a cabo en los siguientes años y siglos. Las crónicas y la historia de los acontecimientos ocurridos la realizan los vencedores, transmitiéndonos su visión parcial e interesada de los acontecimientos.


Es evidente que se dio un cambio traumático en un corto espacio de tiempo, momento en el que la lengua castellana adquiere el prestigio social y el rango de oficialidad que la hizo predominante en la administración. Es fácil que esta zona del valle de la Berrueza estuviese bajo la influencia de Urantzia (Los Arcos), villa que perteneció a Castilla, y que ya había perdido el euskera en los siglos anteriores; no en vano Mués, el pueblo más al sur del valle, se encuentra a escasos cuatro kilómetros de Los Arcos; pero igualmente es preciso destacar que estos pueblos tuvieron relación directa con la zona vascófona, en primer lugar con Lizarra (Estella). Estella ha sido durante siglos el centro de la merindad. Gran parte de las transacciones se realizaban en el mercado de Estella. Ciudad que todavía en el siglo XVII un tercio de la población era monolingüe euskaldun, y el resto era bilingüe, por lo que la lengua de comunicación entre los labradores que llegaban de los pueblos y los tenderos estelleses siguió siendo en euskera.


Como hemos visto en el párrafo anterior en Lizarra el euskera fue la lengua habitual hasta por lo menos el siglo XVIII, y ni qué decir tiene que los vecinos del Valle de la Berrueza convivían con los pueblos limítrofes euskaldunes, como son los pueblos alaveses de Kanpezu, Oteo, San Vicente, Orbiso... y los pueblos navarros de Zúñiga, Narcué, Viloria, Galbarra, Gastiáin, Ulibarri, Ancín, Legaria… No hay más que revisar los libros de matrimonios y bautismos parroquiales para evidenciar la relación tan estrecha que existía entre los pueblos de estos valles colindantes, pues una gran parte de los matrimonios que se llevaban a cabo eran entre habitantes de estos pueblos.


Aunque no me ha parecido pertinente extenderme en exceso en la situación de la lengua vasca en Navarra, ni tampoco en la Merindad de Estella, ya que los que estén interesados en este asunto pueden informarse más detalladamente en la relación de los libros que se aportan en la bibliografía, los cuales tratan profusamente este y otros temas relacionados con el euskera en la Merindad de Estella. Pero si quiero resaltar que el vasco ha sido la lengua natural de la merindad hasta no hace muchos siglos y la gran repercusión que tuvo la invasión y pérdida del Reino de Navarra, que hace que el euskera pase de ser la lengua predominante y oficial de Navarra a ser prohibida, beneficio del castellano.
Veámos alguno ejemplos elegidos especialmente para este artículo. M. Lekuona halló un documento conservado en el Seminario de Vitoria, fechado en 1587, donde aparece una lista de los pueblos del Obispado de Pamplona, donde se precisa que el 90% de los pueblos son vascófonos. Este interesante documento delimita la muga entre los pueblos que usan el vascuence y el castellano. Curiosamente los pueblos de Zúñiga, Acedo, el mayor pueblo del valle de la Berrueza en lo que a población se refiere, Ancín, Ayegui, Estella, Oteiza… son descritos a finales del siglo XVI como pueblos euskaldunes.


Como es lógico, las mugas idiomáticas no refleja una línea exacta, lo que supone que si en estos pueblos cómo Zúñiga, Acedo, Ancín... a finales del siglo XVI seguían siendo euskaldunes, los pueblos del mismo valle, y que no distan más de tres kilómetros entre ellos debían todos conocer la lengua vasca. Resulta difícil creer que si en Acedo se hablaba en euskera, en los pueblos como Mendaza, Asarta, Nazar, Mirafuentes u Otiñnano … entre los cuales no existe barrera geográfica, ni cultural alguna tuviesen idiomas distintos. Nos parece más que imposible que existiese una línea idiomática divisoria entre los pueblos de la Berrueza, que permitiese concluir que en un punto concreto entre Mendaza y Acedo se dejase de hablar una lengua y empezase la otra.

Angel Irigaray igualmente cita que en el valle de Lana, a no más de cinco kilómetros de Acedo se ha hablado habitualmente en euskera hasta finales del siglo XVIII.



En segundo lugar destacaré otro hecho de gran importancia, como es que el segundo libro impreso en Euskal Herria en lengua vasca se imprimiese en Lizarra (Estella). Se trata del libro de doctrina de Sancho Elso, editado por Adrian Amberes en Estella el año de 1561.





Igualmente son abundantes los documentos que se conservan en varios pueblos (Baquedano, Zufia, Eraul) escritos en lengua vasca, y más profusos todavía son las protestas de los feligreses ante el obispado al enviarles sacerdotes que no conocen la lengua de los pueblos, el vasco, por lo que no se pueden entender y tienen problemas para cumplir con las obligaciones cristianas. Igualmente muchos son los notarios que dejan escrito que los documentos habían sido traducidos a la lengua vascongada para que los interesados los pudiesen entender, y esto ocurre hasta finales del siglo XVIII en varios pueblos de la Merindad de Estella. Documentos de gran importancia ya que una vez que ha desaparecido la lengua, no queda más constancia que la toponimia y los vestigios orales. Tal vez más de uno piense que en aquellos lugares que se ha hablado la lengua vasca, debían proliferar los documentos en esa lengua, craso error, hay que tener en cuenta que los funcionarios redactaban los documentos oficiales en castellano, es curioso como en pueblos que hoy día todavía son euskaldunes, me refiero a pueblos de Gipuzkoa y Bizkaia como pueden ser Arrasate, Oñati o Elorrio, es muy difícil encontrar documentos de los siglos anteriores escritos en la lengua vasca.

Otro descubrimiento que nos ha sorprendido es el hallazgo del texto manuscrito en euskera del conocido como el catecismo de Artaza, escrito por el clérigo de Zudaire, Juan Vicente Diaz, abad de Artaza entre los años 1780 y 1823. Sin duda este hallazgo ha sorprendido a una gran parte de los amescoanos, ya que un idioma una vez que desaparece, no es fácil que las siguientes generaciones perciban esa pérdida como algo cercano, si no que se tiende a pensar que fue bastante más lejano en el tiempo que en realidad lo es. Este caso sorprendente de las Améscoas, en el que queda patente que la lengua vasca se ha hablado hasta no hace mucho, y el desconocimiento por parte de los habitantes actuales de tal hecho, hasta darse el caso de poner en duda de que así haya sido, nos da mucho que pensar, y nos hace entender un poco mejor lo que ha podido ocurrir en aquellos lugares, como el valle de La Berrueza, donde el uso del euskera se perdió en siglos bastante anteriores.



Lo que queda claro es que aunque la lengua romance haya sido predominante en este valle de La Berrueza ya desde hace siglos, no queda duda alguna de que se ha mantenido en la población la conciencia de pertenecer a un pueblo distinto y peculiar. Y que ha sabido mantener los vestigios vascos de generación en generación, manteniendo vigente siglos tras siglos la conciencia histórica de pertenecer al pueblo vasco. El 10 de mayo de 1931 los alcaldes de Amescoa Baja, de Abarzuza, de Eulate, de Aranarache y el de Larraona firman un documento en Zudaire el el que desde “el rincón de las Sierras de Urbasa y Andia en los valles que bañan el Urederra y el Iranzu, queremos los montañeses de hoy dirigirnos a todos los navarros… para que la que fue cuna de nuestra vieja monarquía pirinaica proclamada en Abarzuza y las Amescoas, vuelava a ser el solar que recoja loas ansias de libertad foral de todos los municipios navarros… los Ayuntamientos de Vizcaya, Guipuzcoa y Alava han promovido una intensa campaña… recordándonos que, somos todos hijos de un gran pueblo vasco, de que Navarra es la hermana mayory la capitalidad. Hemos vuelto a tener a la vista los errores históricos de nuestra tierra, con la separación en que hemos vividos navarros y vascongados, cuando no luchando unos contra otros, al servicio los últimos de los reyes de Castilla contra la Independencia de Navarra… Si logramos ver publicado el Estatuto… lo habremos logrado todo, desde la garantía de nuestra tradición religiosa y foral, hasta la seguridd de nuestros intereses… ”


La pertenencia al pueblo vasco entre otros aspectos uno de los que lo demuestra es el gran número de vocablos de origen euskaldun que todavía perduran en el léxico del habla del valle de La Berrueza. Por lo menos han existido dos momentos en la historia que han supuesto grandes cambios en lo que al habla se refiere, uno tuvo que ser el paso de ser un pueblo euskaldun a convertirse en un pueblo romanizado, y otro es el que nos ha tocado vivir a nosotros, en el que la globalización ha arrasado con todo lo peculiar de cada casa y de cada pueblo, para generalizar y globalizar el habla del valle.

Es una pena que no se haya recogido anteriormente el léxico propio y genuino de nuestro valle, ya que sin duda la evolución y los cambios que se han dado en estos siglos, especialmente desde finales del siglo XIX hasta hoy, ha hecho que muchas de los términos más habituales y más empleados hayan quedado en desuso por el simple hecho de que hasta los propios oficios y los instrumentos con los que se trabajaba han desaparecido. Muy poco se parece el pueblo que yo conocí de niño al pueblo en que vivimos hoy. Nazar el año de 1900 contaba con 235 habitantes y en 1970 pasó a 55 habitantes, el cambio experimentado en estos pueblos en todos los aspectos ha sido inmenso. Han desaparecido los animales, los aperos de labranza, las casas nada tienen que ver con las que conocimos hace cuarenta años, tampoco los utensilios que se usaban se usan. En definitiva la desaparición de una forma de vivir ha hecho que también hayan caído en el olvido, hasta perderse los términos que describían esos utensilios. Ya nadie en el pueblo recuerda los nombres de las piezas que componían un carro, ni tampoco los aparejos de las caballerías, ni los yugos, ni zoquetas, ni zurrones… Esta nueva etapa ha dado lugar a una globalización, en que las palabras que se usan son idénticas en todas las zonas del país.
Algo muy similar se puede decir de la entonación y la forma de construir las frases al hablar, todavía en este valle se puede apreciar un tono peculiar a la hora de expresarnos, pero que ya poco o nada tiene que ver con el que se usaba hace tan solo veinte años. Veámos un texto recogido, hace unos veinte años. Historia contada por José Luzuriaga, nacido en Nazar el año 1906. Bueno pues una noche dice que vino uno a decirle a un tal Romero de Nazar que bajase a llamar al practicante, y dice bueno ya voy a bajar pero sin más coge y dice me caguen san dios pues si tiene cojones que salga y cogió la escopeta con la cartuchera llena de cartuchos. La escopeta era una de la fusie, de esas de pinche.

(Cirila Santxez Etxeberria y José Luzuriaga Lakalle, hacia 1980)

Y cuando subían a meta de camino. Subían montados en una yegua el practicante y él. Y claro al trotar la yegua pues se conoce que pegó el pinche del cartucho en la escopeta, y pum un disparo, entonces el practicante se ve que se bajó y comenzó a gritar qué soy yo, que soy yo, que soy yo…

y el otro en lugar de venir a Nazar, de miedo, que no se atrevió a venir a Nazar, cogió por todas las piezas. Incluso había un caño hecho, de los que se hacían antes para coger el agua de las piezas. Y la yegua aún se cayó una pata, que apoco… Si se cae la yegua toda allá se estrellan los dos. Pero salió a galope, salió hasta el camino de Otiñano, y nosotros al otro día fuimos siguiendo las herraduras, porque como había llovido, pues había mucho barro, pues se conocían las herraduras de primera. Así les fuimos siguiendo, y luego allí al llegar a un sitio que le llaman la cañada, la yegua iba trotando y entonces pum pegó otro cartucho, y se disparó otro tiro.


Entonces con mucho miedo el pensaba que lo perseguían y se fue a otro pueblo, que tenía parientes, y entonces llegó al pueblo, y dicen que se entró por el ventano, del miedo que tenía se entró por el ventano. Pues eso, nosotros, viene uno de aquí de Nazar, el Chicacho. ¿Hermenegildo, dice está el hijo en casa?. Si. Pues ha venido el practicante, que dice que le han salido al camino y el ha venido aquí y el otro se ha marchau con la yegua corriendo, y no sabemos donde para, no sabemos donde está, pues hay que ir a buscarlo.

Fuimos hasta Mirafuentes, y hasta que amanecería, estuvimos en casa del juez de paz, cuando amaneció vamos a ver el rastro, por eso sabemos que el primer cartucho lo encontremos allí disparado y caído al suelo y quemau, y como eso no marcha como la escopeta, encontremos el perdigón y así, el cartucho y así. Después como seguíamos el rastro, después allá en la cañada, pues resulta que al explotar el otro tiro le quemó la cartuchera y entonces la cartuchera cayó al suelo. Y el ni se dio cuenta de la cartuchera ni ostias.

Fuimos nosotros, y cuando lleguemos allí, vimos aquí hay otro cartucho disparau, y la cartuchera quemada y partida por medio, entonces cogimos nosotros la cartuchera y el cartucho y nos los llevamos para casa. Y claro, y después le dijimos bueno está aquí fulano de tal, y dice si aquí está, pues que venga con nosotros. No, no. Ya irá. Vino después con su cuñado.

( En la foto Hermenegildo Luzuriaga Luzuriaga y Josefa Lakalle Foronda hacia 1930. ¿Viendo esta foto, la nariz de los personajes y los apellidos puede decir que no son vascos, a pesar de que no sabían ni una sola palabra de euskera?)

Bueno, después vinieron los guardias aquí al pueblo porque se conoce que el juez de Mirafuentes lo denunció. Bueno pues los guardias tocaban un cartucho porque después de aquel que estaba disparado, había otro que estaba un poco quemau de fogonazo del otro y le hice yo una marca con la uña, y los guardias decían pues mira esto es de la bala que ha rebotau, de arma corta que ha rebotau aquí la bala, y no le ha tocado a él por casualidad. Yo ya sabía que era de que le había dado así con el dedo, y no les dije nada a los guardias. ¡Qué se jodan!

Bueno después nos mandaron ir a Estella a declarar. Bueno no nos hicieron nada. Me acuedo que hasta el apellido en vez de decir los Luzuriagas que habían tenido una reyarta con los romeros, y para eso decían los locumingas, me acuerdo que decían los locumingas. Bueno pues eso, ya nos llamaron, ya nos dejaron en paz, y no…

En definitiva, a pesar de que la lengua vasca se haya perdido en este valle hace siglos las huellas euskaldunes son patentes. Infinidad de palabras son de origen vasco, la toponimia y los apellidos de sus pobladores, vestigios y costumbres demuestran que posee una identidad vasca

Gerardo Luzuriaga