2006-06-22

Navarra / Nafarroa

He aquí una reflexión sobre Navarra. No es la primera vez que lo hago, es más hace unos años publiqué un artículo extenso con el título “Navarra es vasca”. No tengo intención de repetir lo ya dicho en aquel artículo, tampoco tengo un guión de lo que voy a exponer, por lo que es fácil que las ideas aparezcan algo desordenadas.

También en este mismo blog hace unos meses escribí cuatro artículos sobre Navarra. Tampoco tengo ninguna intención de repetir lo expuesto en aquellos artículos.


Identidad de los navarros y de Navarra.

Navarra, no se crea en el siglo XIX, ni en el siglo XX, ni mucho menos en este siglo XXI sino que existe como comunidad, como pueblo desde épocas remotas. Ha poseído una personalidad inconfundible, una historia propia y peculiar, es más ha funcionado como país. Los vascos tuvimos nación desde antes que España existiese. Los romanos llamaron al territorio navarro Vasconia, y ya en el siglo XVI aparece el termino Euskal Herria en varios textos de los escritores Lizarraga, Axular, Lazarraga

En este artículo no me voy a extender con citas bibliográficas, ya que son tantos y tantos los historiadores que han tratado el tema, por lo que he optado por realizar una serie de reflexiones personales, sin el apoyo documental de infinidad de textos y bibliografía ya tradicional que podrían hacer más claras estas líneas. Por tanto he obviado los razonamientos de políticos, escritores, filósofos e historiadores navarros de todos los siglos e ideologías.

Sin duda, Navarra y los navarros hemos contado con una identidad peculiar desde tiempos remotos, y seguimos conservando dicha identidad... pero en un mundo de globalización total, en que los cambios surgen de un día para otro, en que las diferencias se van limando, no es extraño que poco a poco se vaya perdiendo la verdadera identidad y se vayan resaltando los aspectos más superficiales, que en muchos casos pueden rayar en lo grotesco, al perderse los verdaderos aspectos inherentes a la identidad de un pueblo, para ir realzando aspectos superficiales y en cierto modo también artificiales. La identidad no es una característica que se pregone y se proclame, sino que es una virtud más íntima y espiritual, que se tiene o no se tiene más o menso. Y no por más proclamarla se tiene. Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Así es, el actual proceso globalitario nos lleva a una uniformización cultural y a la aniquilación lingüística e identitaria en general, y Navarra no está exenta de este proceso universal

Los navarros hemos mantenido una serie de valores, que nos diferencian de otras culturas, son las costumbres, la lengua, el fuero. Leyes propias, soberanas, no impuestas por otros gobiernos…

Lengua

Hasta principios del siglo XX, la lengua vasca ha sido uno de los pilares identitarios de los navarros. Casi todos los navarros, de todas las ideologías y clases sociales nos hemos sentido orgullosos de haber conservado siglo tras siglo una de las lenguas más antiguas de la civilización occidental. Así es como la lengua vasca es un valor inherente, propio e inseparable a lo navarro, hasta en las zonas que había desaparecido en siglos anteriores, es sentida y admitida por la mayoría de los navarros de todas las zonas geográficas.


El autogobierno y la existencia de unas instituciones propias y los fueros.

Una de las principales peculiaridades ha sido la conservación del fuero. Es de todos conocido que Navarra fue reino con dinastía originaria hasta 1512, reino que acuñó moneda hasta 1837, y hasta 1840 gozó de virreinato,. Año en que se suprimen las Cortes navarras, desaparecen las aduanas del Ebro, para muchos es con la ley paccionada cuando realmente se pierden los derechos tradicionales navarros. Aunque en honor a la verdad desde que Navarra fue invadida y conquistada (1512) por los castellanos, ha habido una corriente navarra, no mayoritaria en la sociedad, aunque si la más privilegiada, aliada con los vencedores y con los que ostentan el poder, que no dejó de alabar la conquista española aplaudir y defender a los invasores y colaboracionistas, personificados en el conde de Lerín. Tendencia que se ha mantenido hasta hoy día.

B. Contradicción

Pero no será hasta 1970 cuando en Navarra toma cuerpo lo que acabará denominándose como navarrismo, movimiento que reivindica una identidad en la que la lengua vasca no se ve como propia, sino como la característica a desterrar, o cuando menos a no destacar. Contundente y efusivamente se declara contra todo lo vasco, para ir acercándose y acabar identificándose con lo español, potenciando las características españolas de la cultura navarra. La antigua Vasconia ya no es vasca; se obvia su lengua, la lengua vasca estorba; en definitiva, Euskal Herria nunca existió

Navarra vive una situación nueva, que no se ha dado con tanta intensidad en toda la historia, lo que no negaron ni liberales, ni carlistas, lo que no han sido capaces de negar ningún otro movimiento político navarro lo ponen en duda partidos políticos de hoy día, que hasta antes de ayer decían y defendían justo todo lo contrario

No es fácil explicarse como ha podido surgir este nuevo fenómeno, pues es difícil encontrar navarros que piensen que la cultura vasca no pertenece a la identidad navarra. Lo normal entre los navarros es pensar que somos navarros y vascos, es más que aunque se haya perdido la lengua vasca, pertenecemos a una comunidad, a un pueblo con peculiaridades propias, que nada tienen que ver ni con la cultura española, ni la francesa. Las razones son apabullantes, el idioma, las costumbres, la historia... No conozco ningún historiador vasco, que haya negado la vasquidad de los navarros y de Navarra, es más la mayoría de ellos coinciden en identificar al núcleo de la vasquidad con Pamplona y su reino

Tal vez, si nos adentramos en la búsqueda de alguna razón, ésta pueda estar en el momento en que se crean las Comunidades Autónomas, ya que al denominar a Euskadi como Comunidad Autónoma del País Vasco, no son pocos los que comienzan a identificar interesadamente a todo lo vasco solamente con esta Comunidad.
La institución de las Comunidades Autónomas, como ya he comnentado anteriormente, especialmente la de Navarra y la de Euskadi no están exentas de presiones. Conocido es que ante la posibilidad de que todos los territorios vascos peninsulares formasen una única comunidad, hubo movimientos de todas las clases y tipos, hasta los sables salieron a relucir. Es más, las frases que identifican el proceso de formación de las citadas Comunidades Autónomas no son otras que la coacción, presión, amenaza e imposición por la fuerza.

Resumo y no me extiendo en este punto, ya que sobre este proceso, y especialmente sobre este detalle se han publicado gran número de libros y artículos, que seguramente estarán en la mente de los lectores. Las fuerzas políticas estatales y las fuerzas navarras proclives al españolismo nunca admitieron ni la más remota posibilidad de que se creara una Comunidad común formada por los cuatro territorios vascos peninsulares

Fue en Navarra en la única Comunidad, donde no se convocó un referendum, ante la posibilidad más que probable que el pueblo decidiese lo que no estaban dispuestos a permitir los poderes fácticos.

La situación política de estos años era bastante distinta a la de hoy día. La sociedad estaba preparada para cualquier opción, hasta las bases socialistas eran vasquistas, y hasta sus dirigentes políticos reivindicaban la autodeterminación... Creo que con esto está dicho casi todo

No es fácil de entender que es lo que ocurrio durante estos años tan interesantes como decisivos. Las fuerzas políticas pro españolas anduvieron listas, desde un principio se jugó una partida desigual, nos prohibieron desde el principio jugar a la mayor, con lo que el juego estuvo controlado desde el principio, fue una jugada con las cartas marcadas. 64 partidos políticos se quedaron fuera de la partida, no se les permitió ni tomar parte en las elecciones.

Aunque la partida estaba amañada hubo unos partidos que se prestaron a jugar la partida (PNV y partido Carlista), ya que a parte que les pagaron las consumiciones, consiguieron organizar otras partidas de mus en sus tabernas con las cartas que ellos quisieron.

Que la situación no estaba decidida, y que los habitantes navarros de aquella época estábamos más que convencidos de pertenecer a una comunidad común vasca lo demuestra, por un lado, que en Navarra los dirigentes políticos no convocasen un referendum, que era obligatorio y así se hizo en el resto de España; y por otro, que en el Estatuto de Autonomía del País Vasco se afirme que “Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, así como Navarra, tienen derecho a formar parte de la Comunidad Autónoma del País Vasco”. Con lo que de una forma u otra se admitía la vasquidad navarra, pero por otra se negaba la posibilidad de constituir una única comunidad. Se dejaba una puerta abierta, que se sabía que con el tiempo poco a poco se iría tapiando con ladrillos. Desde el principio, algunos lo tuvimos claros si se organizaba de esa manera, dos administraciones con poderes políticos distintos y antagónicos, la unión sería imposible. Las tapias cada día se haría un poco mayor.

No hacía falta ser adivino, así ha sucedió. Una vez separados los territorios, con poderes políticos separados, cada Comunidad Autónoma se ha inclinado de forma tácita o inconscientemente hacía la creación de dos comunidades diferentes, distintas, con unos símbolos, una legislación, un entramado administrativo distinto que ha ido calando en los ciudadanos de cada comunidad. Con el paso del tiempo los intereses económicos de las empresas, medios de comunicación de forma implícita o explícita han favorecido a que la división administrativa, jurídica se vaya imponiendo a los lazos culturales, sociales y económicos existentes entre los ciudadanos vascos de las diversas regiones
Estaba cantado y así ha sido.

C. Evolución

Veámos por ejemplo la evolución y los cambios que se han experimentado durante estos pocos años en pueblos limítrofes de la provincia de Alava y Navarra. Como pueden ser los pueblos navarros de Galbarra, Narcue, Acedo, Nazar, Mendaza, Mirafuentes y los pueblos alaveses de Campezo, Orbiso, San Vicente, Oteo, Alda… pueblos en los que el sentimiento sentimiento por lo vasco hasta hace unos años era el mismo, me estoy refiriendo a los últimos años del franquismo y primeros de la transición. Eran pueblos en los que se sentían los mismos sentimientos, se tenían pensamientos e ideologías bastante semejantes, en los que las costumbres eran parecidas -aunque es verdad reconocerlo que para nosotros, los aborígenes de aquellos valles las diferencias eran bastante pronunciadas, pero no eran mayores que las que existían entre los valles navarros de Valdega, Valle de Lana o Valle de la Berrueza. Para nosostros los de La Berrueza los del Valle de Rusia eran diferentes, hasta en el habla los diferenciamos. Y conste, que me estoy refiriendo a dos valles colindantes de Navarra: Berrueza y Val de Lana.

La distinta evolución, es decir, el pertenecer a dos administraciones distintas, con distintos formas de ver la causa vasca ha hecho que en estos pocos años exista una diferenciación bastante clara entre los pueblos de Navarra y los pueblos de Alava. Tal vez sean tan solo signos externos. Seguramente así será. Detallaré algunos de estos rasgos que he apreciado personalmente y que para nada existían en los años de juventud, cuando ibamos a estos pueblos bien a trabajar o bien a pasar las tardes de los fines de semana, es decir de juerga, especialmente los domingos por la tarde hasta altas horas de la madrugada a la discoteca Yerti de Campezo. Cualquier visitante que se acerque a fiestas de los pueblos alaveses verá que los banderines, carteles no tienen las mismos símbolos que los navarros, los niños de los pueblos alaveses en gran parte realizan sus estudios en euskera… En definitiva detalles que hace 25 años eran similares han cambiado por completo…
En la decada de 1970 la mayoría de los navarros admitíamos sin esfuerzo y sin tapujos la vasquidad de los navarros, y pocos eran los que ponían en duda que la cuna del pueblo vasco fuese Navarra. Hasta fuimos capaces, aunque tan solo fuese como mal menor de recoger esta idea en el Estatuto de Atonomia de Euskadi: Navarra forma parte del Pueblo Vasco o Euskal Herria, y por lo tanto los navarros somos vascos. Y no es nada extraño ya que la idea de que existe un pueblo vasco, que comprende los territorios de de Álava, Guipúzcoa, Navarra, y los tres de Baja Navarra, Lapurdi y Zuberoa, ha sido una idea defendida por todas las fuerzas políticas hasta no hace mucho.

Es más, hasta los años 1980 el término Euskal Herria, no pasaba de tener un componente cultural y no político, referido a las tierras donde se habla o se ha hablado históricamente la lengua vasca. Hasta el propio Jaime Ignacio del Burgo escribía por estos años que : lo vasco es consustancial con lo navarro, ciertamente, aunque no sea el único componente de lo navarro. Y hasta la derecha más radical daba por buena cualquier salida que no fuese la creación de una comunidad vasca, en la que estuviese Navarra, ya que eran conscientes de la popularidad y la consciencia del pueblo navarro, especialmente en la zona norte, de la vasquidad navarra.

En definitiva hasta 1978, muy pocos se atrevían a negar un tronco común de todos los territorios vascos, nadie ponía en duda que Euskalerria era una realidad y podía ser ser una comunidad de etnia y de lengua, que Navarra era parte del País Vasco, y que la cultura vasca era una peculiaridad de todos los territorios vascos.

Sin embargo, no puedo decir concretamente en que años comenzó la corriente contraria, en la que se hacía hincapié en lo navarro unido a lo castellano, para poco a poco ir renegando de todo lo que oliese a vasco.
Aunque ya lo barruntamos, y no es preciso realizar profundos estudios, algún día conoceremos con todo tipo de detalles cómo fueron aquellos días en que los «ruidos de sables» condicionaron este capítulo de la Transición española, cuyas nefastas consecuencias hemos arrastrado y las seguimos arrastrando hasta hoy. Son muchos los libros que se han escrito sobre este asunto. No voy a repetir ni las palabras de historiadores, ni de políticos, ni tampoco citas de personajes ilustres que nos dejan perplejos de lo que declararon sobre la vasquidad de los navarros, no hace muchos años.
Navarra se constituyó en Comunidad Autónoma uniprovincial, se promulgó la ley orgánica de Reintegración y del Amejoramiento del Regimen Foral de Navarra. Euskadi constituyó su Comunidad Autónoma. Con lo que se crean dos gobiernos el de Navarra y el de Euskadi, se crean dos redes sanitarias, dos redes culturales, dos redes educativas... Con el gravamen de que una Comunidad se denomina Comunidad Autónoma Vasca, y la otra Comunidad Autonoma Foral de Navarra, se aprovecha esta terminología tan poco acertada. Ya que tan vasca es la Comunidad de Euskadi, como la Comunidad Foral de Navara, pero se quiera o no al existir una Comunidad Autónoma que toma el nombre de vasca, los contrarios a la vasquidad de Navarra, aprovechan esta terminología para comenzar a cuestionar que Navarra sea vasca, que los navarros seamos vascos, se comienza a exponer estas ideas sin mucho convencimiento, pero aprovechando, por un lado, la buena acogida que tienen estas nuevas proposiciones en el territorio español, y por otro, los artículos y tertulias de varios medios de comunicación, que a fuerza de repetirlo acaba calando en la propia Navarra, con lo que con el paso de los años se va extendiendo en contra de la historia, la geografía, y todas las ciencas hasta ahora conocidas. Con lo que se comienza a oir que por ser navarros ya no podemos ser vascos. Teoría simple donde las haya, pero que a fuerza de repetirlo en algunos ambientes se da por cierto.

Es así como a partir de los años ochenta se da un cambio y se tiende a identificar a lo vasco únicamente con la Comunidad Autónoma del País Vasco. A la vez que sectores de la población, espoleados por políticos y partidos vinculados a la órbita española rechazan el término Euskal Herria, y reniegan de la identidad vasca de Navarra.

No me extiendo más, no merece la pena, significativo es la posición que han mantenido los partidos politicos sobre este tema, el PSOE, más tarde convertido en Partido Socialista de Navarra, en 1981 el PSOE decidió renunciar a la integración de Navarra en la Comunidad Autónoma del País Vasco, que había venido defendiendo desde los últimos años del franquismo, y apostar por una Comunidad Foral diferenciada, al tiempo que acordó impulsar como alternativa una cooperación entre las dos comunidades “que incluyera la creación de un organismo intercomunitario que podría denominarse Consejo Vasco-Navarro”. Con el paso de los años, en este tema también donde dije digo, digo diego. Y el Consejo Vasco-Navarro se fue aparcando antes de crearlo

D. Navarra si no es vasca qué es, pues?

Que Navarra es Navarra es una verdad de Perogrullo, tan verdad como que Gipuzkoa es Gipuzkoa, o Araba es Araba, o que Soria es Soria; pero lo que está claro es que Navarra por ser Navarra no tiene por que no ser vasca, todo lo contrario, justo Navarra es vasca por ser Navarra.Creo que he dejado bastante claro que históricamente, culturalmente, socialmente, lingüísticamente Navarra tiene lazos de unión con el resto de territorios vascos. Desde siglos ha existido una comunidad cultura vasca. Hasta la propia lengua –lingua navarrorum- es la misma para toda la comunidad vasca. Por ello no es extraño, que para muchos navarros y navarras por el hecho de ser navarros nos sintamos vascos y queramos mantener de una forma u otra unas relaciones políticas, administrativas, económicas, sociales estrechas con el resto de los territorios vascos. Por lo que estamos en nuestro derecho de desarrollar y conservar los elementos propios y esenciales transferidos de generación en generación, como pueden ser las costumbres, el idioma... a pesar de que coincidan con los de otra Comunidad Autónoma.La sociedad navarra en estos momentos está bastante dividida, -bastante más que lo que se encontraba en la época de la transición- existe una enorme diversidad cultural y política. Es por ello que coincidimos los navarros que se consideran españoles, y los que nos consideramos vascos. Y tanto unos como otros somos navarros. A pesar, de que una parte de los navarros parece que quedemos fuera de lo que se entiende por la navarra oficial, pero tan navarros somos unos como otros aunque unos podamos estar en minoría.

E. Puntualizaciones

1. Se ha repetido hasta el hartazgo que Navarra y la identidad navarra está en riesgo, y desde mi punto de vista, esta afirmación puede tener visos de cierta realidad. Ya que la identidad navarra está unida, y tiene asentadas sus raíces en la identidad y en la cultura de los siglos anteriores, la que nos ha sido transmitida de generación en generación, y por tanto de ninguna manera se puede dejar de lado la cultura vasca, las tradiciones, las costumbres, los vicios... De sobras saben algunos, y por ello quieren borrarlo de nuestra memoria, que el euskera es nuestra lengua, que nos acredita como navarros, y por tanto como herederos de los vascones, y que como idioma oficial junto al castellano, y patrimonio cultural de interés universal, todos estamos obligados a defender y a cuidar.

2. Navarra es plural y compleja. Por tanto, se debe intentar llevar adelante un proyecto que una las diferentes sensibilidades. Dentro de la geografía navarra existan conceptos e ideas completamente diferentes, pero tanto unos como otros son navarros, es hora ya de desterrar las posiciones extremistas, y que en realidad no nos ayudan si no que al final se vuelven en contra de los propios navarros, las posiciones simplistas basadas en que todo lo que no nos gusta de navarra viene del exterior, es hora de dejar de meter miedo a una parte de los navarros con los peligros que nos puede traer la invasión vasquista, y también tiempo de dejar apartado de que todo lo español nos viene impuesto por fuerzas externas. Creo que es hora de admitir la mayor de edad de todos los navarros y de admitir la realidad tal como es.

3. Navarra es un territorio singular, con historia, dos lenguas oficiales, una cultura peculiar, rica y variada en la que todos cabemos; y los que aquí estamos tenemos la obligación de defender las instituciones propias, y de asumir el hecho diferencial y la realidad histórica de Navarra. Es por ello, que apostamos por conservar la comunidad vasca, respetando la pluralidad navarra que incluye varias culturas, lenguas y tradiciones; pero manteniendo siempre como sustento y rasgo diferenciador la lengua y las tradiciones vascas que son lo que sustentan nuestra identidad navarra.

Repetidamente nos vemos obligados a leer, escuchar terminos como la unión de Navarra a Euskadi, burdo error. El planteamiento de la integración de Navarra en Euskadi, si alguna vez ha existido, está más que superado, creo que se han cargado en exceso las tintas en este punto. No conozco a nadie que haya defendido esta idea. Como mucho, conozco a muchos partidarios de que Navarra formase parte de la Comunidad vasca, con una participación de igual a igual. No como se oye de vez en cuado, casi siempre de forma interesada, adherirse a otra Comunidad. De inferior a superior.

4. Ya se nos arrebató en una ocasión la posibilidad a los ciudadanos navarros a pronunciarnos sobre nuestro futuro. No es que desde 1978 hasta ahora hayan pasado muchos años; pero si que han sido decisivos. Pues, como no podía ser de otra manera desde las instituciones oficiales se ha ido creando una simbología, una legislación y un estrato administrativo que ha facilitado la separación administrativa de la comunidad vasca. Creando dos administraciones completamente independientes y sin relaciones institucionales importantes. ¿Alguien se imagina que en estos años, si se hubiese promulgado una legislación, se hubiese forjado una comunidad administrativa común, con unos lazos culturales también comunes, donde todos hubiesemos tenido unas mismas instituciones políticas, culturales educativas, cuántos estarían en este momento en contra de esa comunidad?

5. Sí, Navarra ha sido durante la historia y sigue siendo, hoy día también, la cuna de Euskalerria

Pues que más bonitos que luchar porque esta cultura común se siga conservando en todos los territorios vascos. Este proyecto, no se puede llevar adelante más que con organismos culturales y políticos comunes. Pongamos las bases para realizar una segunda transición, contando con la participación de los navarros. No es tarde todavía. En el siguiente artículo hablaré de las ventajas económicas de tal unión, en este caso me he ceñido a los intereses culturales y sociales; pero tan importantes como éstos, son los económicos. Y todos ellos serán los que nos lleven a tomar una decisión política.

En un momento en que se está construyendo la Europa de los Pueblos, sin olvidar las identidades, defendamos la identidad navarra, en la que se establezca como primer paso la oficialidad del euskera en todo el territorio navarro, sin zonificaciones. La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha debatido estos últimos meses el concepto de nación en Europa. Y ha dejado claro que las fronteras administrativas no deben separar comunidades culturales y que se deben reforzar los lazos de cada ciudadano con su cultura y su identidad como miembros de una comunidad, independientemente del país en el que les toque vivir. Si esto es válido para los países europeos, parece mucho más lógico que sea válido para nuestra comunidad vasca
Gerardo Luzuriaga