2006-09-10

gitanos

¡Dramático!, para todos. Y van casi 20.000 inmigrantes en lo que va de año, llegados en los cayucos, en esas travesías a ninguna parte que nos traen al mundo rico a gente que no tenía futuro en sus países y que tampoco lo tendrán aquí. Dicen que llega sólo la tercera parte, el resto se queda en el camino. Si alguno tiene una receta que funcione para resolver esto que lo diga ¡ya!
Así, una de las noticias de este verano, los inmigrantes de los cayucos, me ha traído el recuerdo de otra inmigración distinta que ocurría en los pueblos de nuestra Berrueza y de la posguerra, la de los gitanos viajando con sus carros tirados por burros de blanco pelaje. He recogido recuerdos y nombres con el ánimo de refrescar la memoria de aquella gente que periódicamente visitaba nuestros pueblos ofreciendo servicios y arañando caridades y todo aquello que se dejase rascar, los gitanos, un modo de vida nómada que contrastaba con el nuestro y que ha desaparecido.
La saga familiar más recordada se remonta a la generación de la Blasa y el Zocas. Este último ofrecía sus servicios de restañador. Cuentan que probaba los calderos reparados con una “prueba del algodón” muy personal, se meaba en ellos como control de calidad de sus soldaduras.
La vida nómada de “nuestros gitanos” englobaba a los pueblos de la Berrueza, Torralba, San Vicente, Santa Cruz, valle Lana, Acedo para volver a empezar la vuelta. Es posible que los que visitaban Mendaza, no lo hicieran en Nazar o en el fondo del valle. Todo depende de los buenos recuerdos dejados la última vez. Sería bueno conocer la ruta seguida.
Una hija de la Blasa heredó el circuito migratorio, la Petra, casada con un payo de Zúñiga y madre de una familia larga, interminable. Siempre se le veía en estado de buena esperanza y a los comentarios provocadores de las mujeres del pueblo siempre solía despistar con un: -“Pues tengo 12 hijos, dos más y uno que voy a comprar”, o –“Pos yo no hecho na, debe ser de la última vez que algo se quedó”.
Recuerdo que en Mendaza solían recalar un par de días en distintos lugares, el calvario, el lavadero, los álamos del camino de subida la pueblo, en la cantera. Aún me dura el “congojo” de pasar por el camino delante de ellos. Durante el día iban por las casas ofreciendo sus mercancías de artesanía, cestos, cunachos, etc..., y pidiendo limosna, oportunidad ésta para que la gente pusiera a prueba sus virtudes cristianas.
Uno de los recuerdos más vivos de ese descubrimiento de niñez de los gitanos es el olor. Y no es que, por aquel entonces, la higiene de los payos fuese un ejemplo, en el mejor de los casos se pasaba con la ducha semanal antes de ir a misa los domingos, sin embargo, nuestros gitanos destilaban un aura de aroma que los identificaba a distancia. Ante los requerimientos de las mujeres del pueblo por la cuestión de la limpieza personal la Petra intentaba conciliar con ellas y les reconocía: -“ Que ya les digo, peinadibus, lavadisus la cara, que como subáis asins de güarras a casa de la Puri sus va a despachar”.
Otra familia gitana de visitantes con sus carromatos fue la del “Moreno y la Morena”, de los que se guardan buenos recuerdos en Mendaza debido a la defensa que hicieron de un natural del pueblo (“el Chino”) delante de otros gitanos con no muy buenas intenciones. La Morena contaba la historia de aquel cura al que le intentaba confesar los pecados de los dos, de ella y su marido, y que el cura no quería darle la absolución: -“Pero no ves que eso no puede ser, cada uno los suyos”, mientras que ella insistía:-“Quién mejor que yo puede conocerlos”.
Entre los hijos de la Petra hay que recordar a -la Carmen- que acabó con la vida nómada instalándose de manera estable en Legaria, donde sus hijos parecen haberse integrado en la vida convencional. Seguro que sus bisnietos, los hijos de los tataranietos de la gran Blasa, pasan horas delante de la tele viendo el TRIKITRAKA TRIKITRON de los payasos de la ETB. Así se escribe la historia.
José Luis Paternáin Suberviola

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Interesante el artículo de José Luis. Eskerrik asko. Sería bonito que alguién más se animase a contar alguna anecdotilla.

Quiero recordar algún grupo de gitanos por el pueblo, pero la verdad que no recuerdo más que algún gitano esquilando algún burro, alguna gitana vendiendo cestas y algún que otro remachando cazuelas viejas. Recuerdos que en realidad se mezclan con lo que he oído a mis hermanos. Según tengo entendido los hijos de los gitanos jugaban con los chicos y chicas del pueblo.

Intentaré indagar en el pueblo los datos que José Luis nos ha aportado, estoy casi seguro que la Blasa, el Zocas, la Petra, la Carmen y sus hijos también pasaban días por Nazar. A mis hermanos y hermanas he oído más de una vez el nombre de Jorge...

Gerardo

1:55 p. m.  

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