2006-02-28

Asarta

Sin que sirva de precedente, ponemos a un vecino de Asarta en este blog, al hijo del Amalio.
Me ha gustado el título que le han dado a la noticia: "El Gobierno tiene olvidados a los pueblos pequeños, sólo se preocupa por las zonas donde tiene votantes"

Luis Ángel Antoñana cumple su primera legislatura como presidente del Concejo de Asarta.
En las pasadas elecciones municipales, la lista de candidatos en el Concejo de Asarta quedó vacía. Hace casi dos años se tomaron cartas en el asunto y se convocaron nuevas votaciones abiertas en las que los más aclamados pasaron a formar parte del concejo. El que más apoyos recibió fue Luis Ángel Antoñana Ortigosa, que cumple en la actualidad su primera legislatura como presidente.


¿Ésta es su primera experiencia en el concejo?
Como presidente sí, pero ya había estado durante ocho años como concejal.

¿Le cogió por sorpresa ser el más votado de los vecinos?
Bueno, la mayoría de la gente mayor que yo ya había sido presidente, por lo que mucha sorpresa no fue. Al final tenemos que pasar todos por este cargo.

¿Tuvo alguna duda a la hora de acceder?
No, pensé que era el momento de ser presidente. Alguno de los concejales sí se echó para atrás y entraron los siguientes más votados hasta completar la lista.

¿Qué tal le está resultando la experiencia?
Te encuentras de todo, rechazos y apoyos. La ventaja de no ser una lista de ningún partido político es que los elegidos somos los que la gente ha querido. Así sabes que cuentas con el respaldo de gran parte de los vecinos del pueblo.

¿Y qué tal es la relación con el resto de concejales?
Ahora estamos cuatro personas en el concejo porque una concejal dimitió. Le habíamos convocado a una reunión para plantear su sustitución como secretaria y dimitió el día anterior a la reunión. Aunque los concejales ayudan y colaboran con los proyectos, el mayor peso lo lleva el presidente. Aún así no hay mucho trabajo porque el mayor problema que tenemos aquí es el de siempre: la falta de dinero. Ahora nos hemos quedado fuera de las ayudas que el plan cuatrienal iba a dar a la Mancomunidad de Montejurra.

¿Eso dificulta mucho sus proyectos?
Sí porque tenemos que arreglar las calles y si no es con ese dinero no lo podemos hacer. Es la mayor necesidad que tenemos en Asarta, seremos de los pocos pueblos de Navarra que tenemos todas las calles y saneamientos viejos. Tenemos poca esperanza ya en que nos concedan esas ayudas porque ha pasado mucho tiempo. Y para las próximas no sabemos si nos querrán incluir.

¿Qué proyectos han realizado últimamente?
Hemos cerrado y puesto ventanas a una terraza para que los chavales puedan jugar allí a pin pon y al futbolín. Es una obra que no parece nada pero en la que se nos ha ido mucho dinero. También se ha hecho en los últimos años el cercado de los terrenos comunales para los pastos y la construcción de tres balsas artificiales para que beba el ganado; se arregló el camino del cementerio y éste se amplió; la iluminación del pueblo y la construcción del edificio del concejo. En este edificio está además la sala del médico y la sociedad.

¿Qué tal es su relación con la Administración?
El Gobierno de Navarra tiene olvidados a los pueblos pequeños. Sólo se preocupa de las zonas donde tiene votantes.

¿El número de habitantes en Asarta se mantiene?
Por desgracia, yo creo que va bajando. Además no hay juventud del pueblo que viva aquí entre semana. De los vecinos de 38 años se pasa a los de 15. Los jóvenes se marcharon hace tiempo a buscar trabajo a las capitales. Sin embargo, hace poco ha venido a vivir aquí una pareja joven y los fines de semana se ha recuperado mucho el ambiente. Hay gente que se ha reformado casas como segunda vivienda.

¿Qué tal es la relación con los pueblos de alrededor?
Buena. Ahora estamos manteniendo reuniones para recuperar entre los pueblos del valle una romería a Codés.
Araceli Remirez